Con la clasificación ya asegurada y un triunfo tan sufrido como angustiante, San Martín le puso punto final a la ronda clasificatoria, pensando mucho más en lo que se le viene.
El “santo” sufrió cada segundo de lo que duró la primera etapa del Federal A. Le costó horrores encontrar el equipo -de hecho Darío Tempesta tuvo que dar un paso al costado-, no pudo nunca lograr el funcionamiento ideal como equipo y, recién con la llegada de Sebastián Pena dejó, por momentos, las dudas y logró el pasaje a la etapa definitoria.
Pero claro, ahora nada será igual. Quedan 13 finales y no hay margen para el error. San Martín se encontrará, de acuerdo a los números, con los mejores equipos del torneo; y deberá rendir al 200 por ciento si es que quiere llegar a buen puerto. Ayer quedó demostrado que nada le será fácil.
Andino jugó por el orgullo, sin nada que perder, y eso complicó todos los planes. Eso sí, ayer, volvió a quedar a la vista la mala decisión dirigencial de armar un plantel corto justo cuando se jugaba uno de los torneos más largos de los últimos años. Ese, sin dudas, será el gran problema de San Martín de cara a lo que se viene.
El sorteo
Por lo pronto, esta tarde a las 17 en el Consejo Federal se realizará el sorteo del fixture. Habrá que ver qué le espera al “santo”. De todas maneras, se sabe que serán trece finales, donde el físico deberá estar al límite para sacar ese plus que le permita lograr el ascenso y en donde los desgastantes viajes serán otra enorme piedra en el camino, Pena deberá prender velas para no perder ningún soldado. Claro, quedó demostrado que no hay mucho recambio, por lo que deberá apelar a ese “11 de memoria” que el DT quiere sí o sí.
Pero no todas son pálidas, porque si hay algo por lo que el hincha “santo” puede ilusionarse es por la productividad que tuvo el equipo desde la llegada de Pena. Ganó cinco partidos, igualó los dos restantes y aún no cayó derrotado. El equipo adquirió mayor solidez y ese será su ancho de espadas en el camino hacia la gloria.
Arranca un nuevo torneo, trece escalones separan el cielo del infierno; y en San Martín no se achican y apuestan todo a ganador.